A pocos nos inmuta ya el comer con el televisor y las noticias del día. Nuestras lentejas van acompañadas de cuerpos muertos en las playas, la presentación de los nuevos participantes de Operación Triunfo, junto con la desarticulación de la enésima red internacional de pederastia con sede en Europa del Este…hoy me tengo que tomar otro Almax, ¡estoy fatal del estómago!

¿Cuándo empezamos a desconectar de las necesidades del otro?  ¿De verdad no me importa lo que a ti te pase? ¿Es esta nuestra verdadera naturaleza? No lo creo, sinceramente no lo creo, porque si así fuera no me encontraría tan vacía después de mirar mi móvil en vez de mirar la vida que tengo delante. No sentiría tanta rabia al final de un día en la que el cinismo fue el rey de mi universo. No me dolería la garganta por no decirte te quiero.

Cada uno de nosotrxs tenemos nuestra propia especialidad para escapar de nuestras emociones y de las emociones del otro. Yo me convertí en una especialista de no pisar tierra, me encantaba divagar (me sigue encantando). Si me lo curro podría formar a gente en ello, aunque creo que si esto se pone de moda tendría una muy sería competencia. Pasarme horas y horas en la parra, reflexionando, soñando, maquinando en mundos paralelos donde todo es a mi medida, del colorcito pastel que a mí me gusta. Por supuesto, esto es como el que desatiende su negocio, cuando vas a ver cómo están las cuentas anuales la cosa está que arde; y, cómo no, para no perder esta maravillosa costumbre durante generación y generación transmitida: la culpa no es mía de que mi vida esté patas arriba es del vecino de enfrente, de mi cuñada, de mi ex, de Vox, de Movistar y de Bankia.

Ironías aparte, ¿acaso en algún momento estuvimos mejor por dejar de escucharnos? Estoy segura que a ti también te envuelve el deseo de impregnarte de la verdadera naturaleza de tus emociones. Que añoras abrirme tu corazón y  no sentir que te lo robo.  Que extrañas sentirte acompañadx en la soledad que te rodea. Descubrir juntxs nuevas formas de comunicarnos. Ponernos al servicio sin trueque ni crédito. Mirarme a los ojos y reconocerte en ellos. Saber que podemos  amarnos sin que tú te pierdas y sin que yo me olvide. Yo ya no renuncio a esto, ya no quiero, no me compensa, ya lo hice por mucho tiempo y me dolió mucho el estómago. ¡Feliz Año!

 

Para ofrecer las mejores experiencias, utilizamos tecnologías como las cookies para recopilar información no sensible de navegación. El consentimiento de estas tecnologías nos permitirá procesar datos anónimos como el comportamiento de navegación y tráfico. Gestionar el consentimiento    Ver la pólitica de cookies
Privacidad
Abrir chat
1
Hola 👋
¿En qué puedo ayudarte?