¿Cuántas veces nos hemos sentido bichos raros? ¿Cuántas veces hemos tenido la sensación de no encajar en ningún sitio?
Pues sí eres rara, asume que tienes algo que te hace diferente, ya está, no les des más vueltas. No puedes juntarte con cualquiera, ni gustarle a cualquiera. No lo puede hacer porque cuando lo has hecho te secas como una flor en el desierto.
Podemos justificar que en la adolescencia se quiera encajar y se puede estar dispuesto a renunciar a la genuina identidad para hacerlo. Sin embargo, ya de adultas, el precio que se paga por amoldarse es muy alto.
Esta carta es una invitación a ser tu misma, y dentro de tu autenticidad ir al encuentro de personas que son afines a ti, que te complementan, y con las que te encuentras en casa.
Una vez que aceptas lo que eres y cómo eres, llega el turno de definir qué personas quieres que te acompañen en tu viaje.
Cuando lo haces, eres leal contigo misma y también con las personas que te están buscándote. Como dice el refrán: “siempre hay un roto pa un descosio”. Bendito el roto y el descosio.
Cuéntame: ¿has sentido que no encajabas? ¿has encontrado a tu tribu?