Los colores están tan integrados en nuestra vida que en muchas ocasiones se nos olvida que percibimos el mundo a través de ellos. Su impacto a nivel psicológico y especialmente emocional es muy significativo. Nuestro estado de ánimo se puede traducir en colores. Estamos rodeados de colores elegidos por nosotros mismos/as: ¿te has preguntado alguna vez el motivo de elegir unos colores frente a otros para decorar tu casa, vestirte, escoger tu coche, tu bolso, la sombra de ojos, incluso la tonalidad de los alimentos que más te gustan?

Cada objeto o cuerpo iluminado absorbe una parte de las ondas electromagnéticas y reflejan las restantes. Las ondas que reflejan estos elementos iluminados son captadas por el ojo a través de la córnea, luego interpretadas por el cerebro según las longitudes de ondas dando lugar a los diferentes colores. Los colores son vibración y dependiendo de la longitud de onda que porta cada uno de los colores indicen en nosotros de una determina forma. Tenemos una reacción determinada cuando nuestro cerebro percibe un color u otro, y como consecuencia desencadena diferentes estados en el organismo. Esto lo sabemos inconscientemente, y de manera bien consciente en las agencias de marketing y publicidad.

En el Tarot los colores desempeñan un papel fundamental. Ya hemos señalado que ningún elemento, figura, objeto que aparecen en los naipes es casual y, como no podía ser de otra manera, tampoco en el caso de los colores. Cada tonalidad tiene un sentido que aporta claridad y significado a la carta. Colores que se van combinando para dar una total unidad al conjunto de los naipes. El simbolismo que esconde cada uno de los colores es la clave que nos abre la puerta para la interpretación, de ahí que sean un valioso vehículo para el aprendizaje de esta herramienta. Entonces, ¿qué es lo que nos expresan los colores en el Tarot?

El Blanco

Es el color de la perfección por excelencia, de la pureza, de lo virginal. En el Tarot la tonalidad blanca nos alude a claridad, a la divinidad, a la frescura de la nieve, y de igual manera a la frialdad de ésta. El blanco es el color de la perfección y de lo divino, purifica la mente a los más altos niveles. Tenemos imágenes evocadoras y casi universales asociadas al blanco como la paloma blanca que nos conduce a ese ideal de paz tan deseado. Las personas que eligen este color suelen ser personas sencillas y sinceras, con altos ideales.

El Amarillo

En nuestro inconsciente asociamos este color con el sol, con su luminosidad. Esa relación positiva que nos ofrece la luz del sol asocia optimismo y motivación al amarillo. Se ha estudiado que este color aumenta la concentración al estimular, la actividad mental. En el Tarot lo asociamos además a la inteligencia y a la alegría, especialmente esa alegría que poseen los más pequeños.  Relacionamos el amarillo en ocasiones a la mala suerte, entre otras cosas porque esta coloración alertaba de enfermedades por epidemias en época medieval, y se dice que es también porque en la última representación del dramaturgo Molière, poco antes de su repentina muerte, vestía de este color.

El Rojo

La pasión adquiere todo su significado cuando aludimos al rojo. Es un tono muy relacionado con personas fuertes, carismáticas, extrovertidas, que actúan y después piensan. En el Tarot el rojo predomina en las cartas que nos hablan de acción, actividad y revela una gran energía en movimiento. Es el color para el deseo y la excitación; nos alude al erotismo y a la sensualidad, acompaña a los arquetipos sugerentes y atractivos. Si lo que deseamos es activarnos, porque estamos decaídos o tenemos tendencia a la melancolía, podemos coger fuerzas y llenarnos de ánimo trabajando con cartas que estén nutridas de este color.

El Negro

En cuanto a su longitud de onda corresponde a la ausencia de energía lumínica en el espectro visible, es decir, a la ausencia total de color. Es la tonalidad más enigmática de todos: color del misterio, de la muerte, del luto. En el Tarot es un color que está presente fundamentalmente para perfilar las figuras, aunque a veces aparece algún elemento de color negro. Color nocturno, silencioso y poderoso. En Tarot evoca fundamentalmente a lo no creado, a lo que todavía no ha sido definido, a las posibilidades que se presentan cuando todavía es “nada”. El negro ha estado relacionado con aspecto negativos por esa asociación que hacemos entre este color y la noche, momento del día que favorece a realizar cosas peligrosas, cosas que no nos atrevemos a ejecutar a plena luz del día.

El Verde

El verde que encontramos en el Tarot se asocia a la naturaleza; todo lo que ésta nos aporta se encuentra reflejada en los arcanos en los que aparece. El verde del Tarot es equilibrado (no es casual que se encuentre en el medio del espectro de luz y el color que se procesa más fácilmente por el ojo), tranquilizador, fresco, espontáneo. Al ser sedante reduce el estrés, nos conecta con la eternidad y con la esperanza. En el Tarot su asociación con la fertilidad es muy importante, a toda la vida que hay por delante, al crecimiento en el plano físico y al desarrollo creativo.

El Azul

En los Arcanos el azul está íntimamente relacionado con el padre y con la espiritualidad, también es un tono que alude a la pasividad y a la frialdad (nuestra piel se pone azulada cuando tenemos frío). Es el color del cielo y el océano lo que hace que se asocie con la estabilidad y la profundidad, es el color de lo eterno. Evoca a sentimientos basados en la reciprocidad como son la amistad, la confianza, la fidelidad: lo podemos percibir en las cartas que tienen como predominante este tono, al observarlas nos genera confianza y seguridad, nos relajamos y nos sentimos ante una carta amiga.

El color Rosa o Carne

Símbolo de la naturalidad, a todo lo referente a lo humano (los humanos con esta tonalidad rosada y también apunta a los humanos con otras tonalidades). Es portador de los opuestos ya que los aloja, los cobija y, a veces, los sufre. Es el color de la desnudez, de lo que no se puede ocultar. Asociado al rosa nos conecta con la cortesía, de la sensibilidad, y muy relacionado con lo femenino. En el Tarot es una tonalidad enigmática y ambigua, como lo es todo lo que cubre la carne. Está ligado con la materialización, a la acción y a la concreción.

Trabajar con los colores en el Tarot es un ejercicio muy interesante. Lo que podemos hacer es lo siguiente: teniendo muy claro que aspecto mental o emocional queremos equilibrar y su relación con el color que lo suaviza; escogemos una carta en la que predomine ese tono. A través de la observación atenta de la carta seleccionada conseguiremos nuestro objetivo. Así por ejemplo, si nos encontramos nerviosos y desorientados sería buena opción elegir la carta de El Emperador: por la abundancia del azul nos conecta con el arquetipo protector del padre, con la espiritualidad, con la fuerza y con la confianza. Pasar un tiempo con La Estrella nos reconecta con la naturalidad del cuerpo desnudo; el carne/rosa nos vincula con la sensibilidad, la frescura y la concreción, y en caso de sentirnos con la mente muy dispersa y poco conectados con el plano material resulta de gran ayuda. Para terminar recordarte lo más importante: no olvides que TU VIDA PUEDE SER DEL COLOR QUE TÚ ELIJAS.

 

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